Durante muchos años los Tratados de Libre Comercio (TLC) han establecido grandes beneficios y oportunidades para la comercialización de productos, representando ventajas competitivas para los socios involucrados. Uno de ellos, es la aplicación de preferencias arancelarias, es decir, pagar menos que el resto de los socios comerciales por intercambiar bienes entre los que forman parte de un Tratado.