México, independientemente de lo que se diga en materia de política comercial, sigue creyendo y sustentando su estrategia económica internacional a través del comercio internacional, de lo contrario no se estaría apostando a la diversificación con los esquemas comerciales de los que somos parte. Un ejemplo de esto fue la coordinación en el proceso de negociación de la nueva versión del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica bautizado como “T-MEC” entre el nuevo gobierno y el anterior. De hecho, el encargado de las negociaciones fue Jesús Seade, quien hoy en día, funge como subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE). Si podemos resaltar una fortaleza del subsecretario, es precisamente su amplio conocimiento en el comercio internacional.
Su acompañamiento en la negociación del nuevo T-MEC fue fundamental para que las negociaciones concluyeran independientemente que los tiempos políticos no ayudaban –cambio de gobierno en México-. Ahora solo falta la aprobación de los tres Congresos –Canadá, Estados Unidos y México- para que el esfuerzo sea sellado con letras doradas. Este ejemplo, aunado a la estrategia de diversificación heredada de la política comercial de la pasada administración, delinea, por lo menos hasta estos días, el eje rector de la estrategia de política comercial, es decir, apostar por el libre comercio a través de la diversificación de nuestro comercio exterior.
En este contexto, el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP por sus siglas en inglés) compuesto por Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam ha sido señalado como un instrumento para ello. Dicho Tratado, representa un Producto Interno Bruto (PIB) de 10,205.00 mil millones de dólares; un comercio de 4,827.00 millones de dólares; una población de 495 millones de personas y una Inversión Extranjera Directa (IED) de 224.00 mil millones de dólares. Además de esto, cabe señalar que el comercio intra CPTPP, México representa el 10.6% del total de los socios, destacando en materia de exportación los automóviles, teléfonos, celulares, autopartes, vehículos para transporte de mercancías, televisiones, aceites crudos de petróleo, computadoras, tractores, dátiles, piñas, aguacates, mangos y partes de motores.
En cuanto a los productos importados, sobresalen los circuitos electrónicos integrados, autopartes, automóviles, teléfonos, celulares, diodos, transistores, semiconductores, aceites de petróleo –excepto crudos-, aparatos de corte, protección o conexión de circuitos eléctricos, semillas de nabo, miras telescópicas, periscopios, láser, laminados planos de aceros aleados de anchura de 600 mm. Como se observa, hay una gran similitud entre lo que comerciamos con ellos, empero a ello, para el año 2016 los miembros del CPTPP representaron el 5.4% de nuestras exportaciones y el 10.6 de las importaciones (Gobierno Federal, México, 2019) lo que nos habla de una participación modesta y que está lejos de equilibrar nuestra dependencia con Norteamérica que para el año de 2017 fue del 82.8% (Santander, 2019).
Si se busca que esté este mecanismo comercial logre su objetivo –diversificación- es necesario una gran labor de promoción, misma que se ve complicada por los escasos instrumentos para lograrlos con los que cuenta el gobierno en turno. La promoción por parte de la Cancillería no es mala idea, tan sólo hay que dotarles de capacidades técnicas y económicas para que cumplan con esta nueva tarea. Además de ello, dentro de la tan anhelada diversificación, tendremos que tener claro cuál es nuestra oferta y la demanda exportable de nuestros productos en el contexto de la realidad de cada país del CPTPP. Para ello se necesita inteligencia económica y viajes, muchos viajes de negocios, promoción económica y financiera. El reto es grande, pero esperemos que nuestro Servicio Exterior, junto con la Secretaría de Economía, con quien recientemente se firmó un acuerdo de colaboración en materia de promoción comercial, estén listos y que la austeridad republicana que lleva a cabo el gobierno no sea un obstáculo para ello.