El T-MEC la esperanza para la pronta recuperación económica de México

El T-MEC la esperanza para la pronta recuperación económica de México

Lamentablemente Covid-19 ha enlutado a muchas familias y mas allá de lo que todos pensábamos que acabaría pronto, los contagios siguen proliferando y esto nos sigue tiene preocupados a todos, en primera instancia por no contraerla y en segunda porque no afecte nuestra economía. Sin duda la peor crisis de salud y económica que ninguna de las generaciones actuales hayamos vivido.

Afortunadamente la región de Norteamérica a empezado una acelerada campaña de vacunación, principalmente Estados Unidos y Canadá, y México como país socio tendrá que subirse por si solo o apoyado por estos dos socios comerciales a esta dinámica de inmunización rápida de su población, de lo contrario podría verse afectada la cadena de suministro de los países miembros del T-MEC.

La modernización que vive el Tratado Comercial entre México-EU–Canadá, mejor conocido ahora como el T-MEC, el cual entró en vigor en la mitad del año 2020, representa ahora la mayor esperanza de recuperación económica que se intenta construir en la región tras la crisis sanitaria ocasionada por el coronavirus.

Lo que en el pasado muchos llegaron a pensar que la enorme dependencia e integración económica que propició el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y que hoy se refrenda con el T-MEC representaba un riesgo para México, hoy representa tal vez la única expectativa para que nuestro país tenga una rápida recuperación económica, ahora para muchos la única.

Las nuevas obligaciones que ha contraído el Estado mexicano a raíz del tratado, tendrán un impacto profundo y transversal, es decir, prácticamente cualquier acción u omisión de México en materia económica podría impactar en alguna obligación del tratado. Lo que constituye un reto trascendental para nuestro país y sobre todo para nuestro estado de derecho.

En ese sentido, el más grande riesgo, del T-MEC es en materia laboral, donde los compromisos asumidos implican cambios sustanciales. El tripartismo en México estará a prueba, sindicatos, patrones y gobierno tienen varios retos por delante porque hay que romper con una cultura obsoleta en la relación entre trabajadores y empleadores.

Por otra parte, ahora con el T-MEC, las compras a través de eCommerce estarán bajo el concepto de Envíos de Entrega Rápida, esto significa que la información para el despacho aduanero será presentada y procesada antes de su arribo, lo que permitirá agilizar el despacho de estos envíos basándose, en un mínimo de documentación o en un único envío de información, realizando las entregas inmediatamente después de su arribo.

Aunado a esto, el tratado también dispone que el despacho de envíos no se fijarán aranceles aduaneros o impuestos al momento de la importación, ni se requerirán procedimientos formales de entrada valorados en menores a un monto fijo conforme a lo establecido por cada país, lo que implica una gran ventaja competitiva para México.

Debemos estar conscientes que, en materia de políticas de comercio internacional, nuestros vecinos del norte (EU y Canadá) están muy por delante de México. Sin embargo, en nuestro país existen profesionales y especialistas para orientar a los sectores productivos y sacar los mayores beneficios que ofrece el T-MEC.

De poco nos sirve tener un tratado vanguardista que incluya temas como propiedad intelectual, reglas de origen y solución de controversias, si continuamos en un rezago intelectual y operativo.

El cambio es una realidad; el covid-19 fue sólo un detonante, la necesidad existe desde hace años. Un T-MEC no va a solucionar por sí mismos nuestra realidad económica, comercial y financiera. La solución radica en hacer un cambio de mentalidad, accionar diferente y visionar hacia escenarios que no se habían contemplado antes, por muy inviables que parezcan.

Hasta mil 400 millones de dólares de intercambio comercial diario entre México y Estados Unidos se pueden lograr tras la entrada en vigor del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

Independiente de los compromisos del T-MEC, considero que se debe invertir en los cruces fronterizos, así como en tecnología e infraestructura, y esperamos que se haga una realidad, porque de lo contrario el avance comercial en el futuro se quedaría corto.

El comercio exterior nos enseña a convertir un muro, en miles de oportunidades. En ese sentido, el T-MEC representa grandes retos, pero también enormes oportunidades y ventajas competitivas que México puede y debe aprovechar.

El aumento del contenido regional es una gran oportunidad para que México desarrolle más y mejor proveeduría nacional, no solo vengan a establecerse nuevas empresas extranjeras de diferentes países, si no para que en México surja mayor emprendimiento de connacionales.

En síntesis, la ratificación del T-MEC era una condición necesaria para que se estabilice el desempeño económico de México, y que, a partir de aquí, comience a retomar una senda de crecimiento más elevada.

En el corto plazo, mejorará el ambiente de negocios y la confianza empresarial. Pero para que ello se traduzca en más inversiones, se necesitan factores adicionales, como una política anticíclica que contribuya a revertir el estancamiento actual, así como señales claras acerca de la participación de la iniciativa privada en sectores clave, como el energético.

Adicionalmente, se requiere de una sinergia fluida entre el sector público y privado para aterrizar este tratado en nuevas oportunidades concretas para las diferentes industrias del país. Consideramos que el T-MEC representa un reto para industrias como la automotriz y la electrónica, aunque a su vez se convierte en una oportunidad para profundizar las cadenas productivas del país, aumentar el valor agregado, y por ende el empleo.

Fuente:

Gabriel González-https://elfinanciero.com.mx/monterrey/gabriel-gonzalez-el-t-mec-la-esperanza-para-la-pronta-recuperacion-economica-de-mexico