El cese de los acuerdos de suspensión de aranceles para la exportación de jitomate mexicano a Estados Unidos “es un lío gordo”, al punto de que puede descapitalizar a los productores nacionales.
Mario Andrade, vicepresidente para comercio exterior del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), explicó a El Heraldo de México que uno de los primeros puntos es que los productores se verán obligados a contratar fianzas para el cumplimiento del acuerdo, “lo que generaría una descapitalización para los productores mexicanos.
“Si se rompe el acuerdo de suspensión los productores tienen que empezar a emitir demandas para cubrir el tema de la demanda de dumping. Y las finanzas son de hasta 80 por ciento de las exportaciones, lo que sería catastrófico para la industria mexicana”, declaró.
Agregó que, para cumplir con las mismas, los productores podrían comprometer parte de su patrimonio como garantía para la investigación dumping en Estados Unidos.
El acuerdo de suspensión de aranceles, tal y como lo indica su nombre, impide que se cobren aranceles a las exportaciones de jitomate mexicano, y su aplicación inició en 1996. El último acuerdo para posponer la investigación del Departamento de Comercio se firmó en 2013, y concluye el 30 de abril de este año.
El presidente de la Asociación Mexicana de la Horticultura Protegida, Óscar Woltman, comentó que las negociaciones para renovar el acuerdo de suspensión llevan un año, y que su cese sería perjudicial para el consumidor en Estados Unidos, así como las compañías de ambas naciones, pues la codependencia es tal que la mitad de los jitomates que se consumen en el país vecino son mexicanos.
Sobre los efectos para la industria nacional, si se colocan barreras comerciales a la exportación de la hortaliza, dijo que se tiene mercado fuera de Estados Unidos, pero hace falta inversión en logística para poder mantener la cadena de frío y con ello la calidad del producto.
“Es algo en lo que el gobierno tiene que invertir”, agregó.