LA 4T DEFINE EL FUTURO DE MÉXICO EN LA FÁBRICA GLOBAL; ¿Y LA LOGÍSTICA?

El gobierno de la llamada cuarta revolución, o 4T, ha definido el rumbo que tomará la política mexicana en materia de comercio exterior de aquí al año 2024 y, al parecer, la logística tomará una mayor relevancia para la presente administración federal.

Luz María de la Mora, Subsecretaria de Comercio Exterior en la Secretaría de Economíapresentó este jueves la agenda y la perspectiva del gobierno federal a los asistentes de un foro logístico organizado por la Asociación Mexicana de Agentes de Carga (Amacarga), con motivo de su 33 aniversario y asamblea ordinaria.

En el aspecto industrial, la funcionaria señaló que se dará continuidad al proyecto que viene desarrollándose desde las pasadas administraciones federales, de buscar insertar a más empresas en México en las cadenas regionales y globales de valor con el apoyo de los programas concentrados en la Secretaría de Economía, e hizo énfasis en el apoyo que recibirá la zona del sur-sureste del país.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), la participación del contenido nacional de las exportaciones globales en la producción manufacturera global es de 45.7%, siendo la fabricación de automóviles y camiones la más integrada, seguido de la fabricación de partes para vehículos automotores y las industrias de metales no ferrosos, excepto aluminio.

“Este es un tema que al presidente (Andrés Manuel) López Obrador le importa mucho”, dijo en su presentación ante los agremiados y otros actores del sector logístico en el Foro Amacarga.

De la Mora recalcó la importancia de que la industria reciba apoyos al comercio exterior, ya que datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y de la Organización Mundial del Comercio (OMC) refieren que 60% del intercambio mundial es intrafirma y 80% es intraindustria.

Tan sólo en el sector equipo de transportes, que son autos, autopartes y camiones, el valor de las exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos ronda los 120 mil millones de dólares, mientras que importa unos 32 mil millones, de acuerdo con datos referenciados por la Subsecretaria de Comercio Exterior.

Otros sectores como el de equipo de cómputo y electrónico, equipo eléctrico y maquinaria se han integrado en estas cadenas de valor construidas con Estados Unidos y Canadá, ambos socios con México en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), una región donde se comercia alrededor de 1.3 billones de dólares anualmente

“Por eso (Donald) Trump cuando amenazó de retirar a Estados Unidos del TLCAN, repentinamente el TCLAN se volvió la bandera a defender porque se dieron cuenta que este tratado sí es muy significativo para su comercio para su economía y su empleo”, dijo De la Mora y referenció que 31 estados de la Unión Americana tienen a México entre sus primeros tres socios comerciales.

Pero el reto, de acuerdo con la funcionaria, será insertar a otras industrias a estas cadenas de valor como la química, los productos fabricados de metal, alimentos procesados y productos agrícolas.

“¿Qué sigue de esta integración productiva? Sigue la aprobación del T-MEC, un tratado que en algunos aspectos sí se moderniza, en otros crean condiciones más restrictivas, pero lo que era cierto es que sí requeríamos actualizar nuestro marco jurídico y normativo a fin de reflejar la realidad de las cadenas globales de valor”, dijo.

Catalogó a las reglas del TLCAN o de la OMC como obsoletas y enfocadas sólo para “productos finales”. Hoy el comercio “es ir y venir en una producción y una fábrica global. Esa fábrica global de la cual México es parte y queremos seguir siendo parte y seguir agregando valor y aprovechando las oportunidades y desarrollando nuevas industrias pues requiere nuevas reglas”.

LOGÍSTICA TOMA EL RELEVO

Pero al hablar sobre la relevancia del sector servicios para la región de América del Norte, De la Mora destacó que al ser estos la “columna vertebral del comercio exterior”, en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) se retoman puntos del TLCAN como el compromiso de no solicitar presencia local de las empresas, el que la regulación de los países en esta materia no sea un obstáculo al comercio y tener un marco jurídico que ayude a mejorar la competitividad.

“Sin logística, sin servicios de transporte eficientes, sin servicios de carga eficientes, sin servicios financieros, sin servicios de telecomunicación, no podemos pensar que vamos a elevar la competitividad”, dijo.

Sin embargo, hizo referencia de que en la región norteamericana México es el más atrasado en este aspecto –el Foro Económico Mundial lo ubica al país en el lugar 46 en competitividad- y en temas logísticos –el Banco Mundial, en su Índice de Desempeño Logístico, lo sitúa en la posición 51.

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Por eso mismo, el T-MEC busca simplificar y armonizar procedimientos, reducir trámites en frontera, la armonización regulatoria, la automatización de procesos aduaneros y la gestión coordinada de fronteras, de acuerdo con la funcionaria.

E incluso estos cambios enfocados a la agilización del movimiento de mercancías ayudaría el intercambio comercial originado desde el mundo digital, el llamado e-commerce, especialmente para las pequeñas y medianas empresas.

Actualmente México cuenta con 13 tratados de libre comercio que lo acercan con poco más de 50 países, pero que por años poco más del 80% de sus exportaciones tienen como destino Estados Unidos, dando fe con esto de la integración regional comercial que se ha desarrollado gracias al TLCAN y que con el T-MEC esperarían una mayor atracción de empresas globales.