Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China han estado afectado negativamente a consumidores y productores de ambos países, aunque los efectos arancelarios han arrojado beneficios a diversas naciones alrededor del mundo, entre ellos, México.
De acuerdo con un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI), las cifras comerciales de Estados Unidos sugieren que se ha producido una ‘desviación’ del comercio, ya que la disminución de las importaciones procedentes de China parece haber sido compensada por un aumento de las importaciones de otros países.
Por ejemplo, las importaciones estadounidenses desde México aumentaron significativamente entre algunos productos a los que Estados Unidos les impuso aranceles.
“Después de que Estados Unidos implementara la imposición de aranceles por 16 mil millones en agosto de 2018, la fuerte disminución de casi 850 millones en importaciones de China casi se vio compensada por un aumento de alrededor de 850 millones de México, dejando las importaciones generales de Estados Unidos prácticamente sin cambios”, puntualizó el FMI.
Para otros países, como Japón, Corea y Canadá, se pudo observar aumentos más pequeños en las importaciones estadounidenses respecto a los niveles de septiembre a noviembre de 2017.
La segmentación del mercado en el precio de diversos bienes también reflejó resultados adversos para productores chinos y estadounidenses.
Esto se observó más claramente en el caso de la soya, donde las exportaciones de Estados Unidos a China cayeron drásticamente en 2018 después de que el país asiático impusiera aranceles.
“Estados Unidos fueron el proveedor dominante de soya de China, junto con Brasil, en 2017, pero con los aranceles, el precio de la soya gringa cayó, mientras que el de la soya brasileña aumentó, ya que las exportaciones de Estados Unidos a China cayeron casi a cero y las exportaciones de Brasil a China aumentaron”, indicó el Fondo.
Desde ese entonces, los precios han vuelto a converger y las exportaciones de la semilla a China se han reanudado, los agricultores estadounidenses del producto sufrieron, mientras que los de Brasil se beneficiaron del desvío comercial y la segmentación del mercado.
El FMI estima que, a nivel mundial, el impacto adicional de los nuevos aranceles anunciados y previstos recientemente por Estados Unidos y China restará alrededor del 0.3 por ciento del PIB mundial a corto plazo, y la mitad provendrá de negocios y mercados.
“La próxima Nota de Vigilancia del G-20 a principios de junio proporcionará más detalles. Estos efectos, aunque relativamente modestos en este momento, están por encima de las tarifas ya implementadas en 2018”, precisó.