Ante el panorama de desaceleración económica, la decisión a principios de diciembre de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados, alianza conocida como OPEP+, de reducir en 500,000 barriles diarios adicionales su producción a partir del 1 de enero del 2020 busca revertir la tendencia de caída en los precios de los energéticos, aseguran analistas de la industria petrolera.
En un análisis del sector, Monex señaló que el aumento de la producción en Estados Unidos ha rebalanceado el mercado de crudo a escala mundial y es que con el fracking, ese país se convirtió en el principal productor a nivel mundial y sólo en el 2018 el incremento de su producción fue de casi 17 por ciento.
Lo anterior ha aumentado las presiones bajistas sobre el precio del crudo, disminuyendo los márgenes de ganancia de los países de la OPEP.
Así, indicó, entre el 2010 y el 2014, el precio promedio por barril del referencial estadounidense West Texas Intermediate fue de 92 dólares, mientras que entre el 2015 y el 2019 fue de 52.9 dólares, una caída de más de 42 por ciento.
Para México, explicó Monex, la producción incrementaría hasta llegar a 2 millones de barriles diarios en el 2024.
Por su parte, en un informe sobre el mercado petrolero hacia el 2040, la OPEP estima que en México el aumento de la inversión pública y privada en los activos ya existentes contribuirá a que la producción se estabilice en 1.8 millones de barriles diarios entre el 2018 y el 2020. Posteriormente, estima que haya incrementos paulatinos hasta llegar a 2 millones de barriles diarios en el 2024, cifra por debajo del estimado del gobierno federal de 2.4 millones de barriles por día.
El organismo explicó que en México, las subastas de los bloques para exploración y producción, bajo la reforma energética, se pusieron en pausa por tres años, desde las elecciones presidenciales del 2018, aunque se espera que se finalicen los proyectos que ya estaban puestos en marcha.
Al mismo tiempo, se presentó un plan para reducir la burocracia para los permisos reglamentarios para los nuevos proyectos que desarrollará Petróleos Mexicanos (Pemex), reduciendo el proceso de permisos de 270 a 50 días.
De acuerdo con la OPEP en su informe, Pemex espera que ello, a su vez, permita que nuevos descubrimientos se pongan en línea dentro de 1.3 años, en comparación con el periodo de tiempo típico actual de cinco años.
La OPEP indicó que hacia finales del 2013, México realizó cambios constitucionales para permitir un paquete integral de reformas energéticas, poniendo fin a 75 años de monopolio nacional en la producción de petróleo y gas.
Con una disminución de la producción de crudo, la disminución de las exportaciones y el aumento de las costosas importaciones de productos refinados, el gobierno de Enrique Peña Nieto impulsó un cambio constitucional con miras a abrir el sector, creando competencia para Pemex, y alentando una inversión significativa en su sector petrolero.
Sin embargo, seis años después, mientras se han tomado algunas medidas para abrir el sector energético de México, la reforma energética ha tenido un efecto relativamente bajo.
Aunque se han llevado a cabo varias subastas, éstas han sido suspendidas hasta por tres años.
“Como resultado, se prevé que México vea estabilizarse los niveles de producción, deteniendo la disminución que ha visto en los últimos años a mediano plazo”, señaló la OPEP en su reporte. Informó que compañías extranjeras han estado activas en las subastas de exploración, pero se han tomado pocas decisiones al respecto por parte de la autoridad. Es probable que esto genere volúmenes modestos de nueva producción.
*Fuente: https://www.eleconomista.com.mx/