Ante las inquietudes de los sectores siderúrgicos de México y Estados Unidos por la permanencia de aranceles al acero en ambos países, el ex Secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, pidió a los Gobiernos evitar cambios posteriores a la firma del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC).
“La historia nos ha dicho que en el caso de Estados Unidos han intentado hacer modificaciones posteriores, pero mi recomendación es que no haya ningún movimiento porque hacer movimientos es como abrir la Caja de Pandora.
“Yo creo que el nuevo Gobierno tiene suficientes herramientas para encontrar una solución a esto”.
El diario The Wall Street Journal publicó ayer que los importadores de acero de ese país están ganando la mayoría de sus solicitudes de exclusión arancelaria para productos que dicen que no pueden hallar en Estados Unidos.
Aunque según la publicación el proceso está plagado de inconsistencias y cambios frecuentes en los procedimientos, de acuerdo con fabricantes e importadores.
Al 17 de diciembre, el Departamento de Comercio concedió alrededor del 75 por ciento de las 19 mil solicitudes que procesó para excluir productos de los aranceles al acero extranjero que entraron en vigor en marzo.
Las exclusiones concedidas hasta ahora cubren 3.8 millones de toneladas de acero, alrededor del 16 por ciento del acero extranjero terminado que ingresó a Estados Unidos durante 11 meses del 2018.
A 25 años de la firma del TLCAN, Guajardo espera que su renegociación para ser sustituido por el T-MEC sea aprobada por el Congreso estadounidense, el Senado mexicano y el Parlamento canadiense.
“Esperemos que eso ocurra independientemente de lo que se prevé, que va a ser, pues uno no quisiera llamarle confrontación, pero sí una diferencia de estrategia entre demócratas y republicanos en Washington”.
El ex funcionario descartó que los legisladores hagan cambios al T-MEC, aunque el nuevo Gobierno mexicano podría reconsiderar las medidas de presión para el acero nacional.
“La Ley de tratados internacionales establece que los que negocian son los integrantes del Ejecutivo, al Legislativo sólo le corresponde aceptarlo o rechazarlo.
“Si la nueva Administración reconsidera para ponerle presión a los aceros norteamericanos, tenemos esa posibilidad, pero hay que recordar que eso tiene efectos bastante nocivos para las plantas productivas”.
Señaló que los aranceles de 25 por ciento que impuso el Gobierno estadounidense contra el acero afectaron en 2 mil 900 millones de dólares a las exportaciones mexicanas, pero la respuesta mexicana fue por la misma cantidad en productos agrícolas como quesos, manzanas y carne de puerco.
“¿Por qué no fue la respuesta en productos de acero? Porque me doy un balazo en el pie, porque encarezco mi producción automotriz, encarezco mi producción de enseres domésticos, encarezco mis redes de infraestructura”.