Jóvenes de todo el país participaron en la ceremonia virtual de cierre del Laboratorio Latinoamericano de Acción Ciudadana (LLAC 2020), en sus versiones Regular (1.0) y Avanzada (2.0), una iniciativa para formar jóvenes en acción comunitaria, incidencia y liderazgo.
Este evento representa el reconocimiento al esfuerzo, constancia y dedicación mostrada por 200 líderes juveniles de todo el país, comprometidos con la identificación de respuestas a problemas relevantes para sus comunidades y la gestión integrada de soluciones, con especial énfasis en la sostenibilidad ambiental y su impacto social y económico.
En el programa LLAC Avanzado 2020, participaron 50 jóvenes egresados de los laboratorios 2018 y 2019, y en el programa LLAC Regular 2020, participaron 150 jóvenes provenientes de provincias y comarcas. Todos fueron seleccionados a través de convocatorias y un proceso de evaluación llevado a cabo por el Canal de Panamá, Jóvenes Unidos por la Educación y sus aliados.
Como resultado, en ambos laboratorios fueron formulados 24 proyectos de elevada calidad técnico-científica, coherencia y escalabilidad, enfocados en respuestas como el fortalecimiento de capacidades en el ámbito escolar, didáctica de la educación infantil, orientación vocacional, ecodiseños, uso de nuevas tecnologías, inteligencia artificial, virtualidad, calidad de vida, conservación del ambiente, manejo de desechos, reciclaje, administración del agua, la salud mental y enfoque de género.
Al menos 100 profesionales voluntarios locales e internacionales fueron parte del proceso de formación de los jóvenes participantes en ambas versiones del LLAC 2020, en aspectos como liderazgo, diseño y administración de proyectos, ejecución de presupuesto y finanzas, metodologías ágiles, innovación social y tecnología de la información.
Se destaca el liderazgo mostrado por el Canal de Panamá y Jóvenes Unidos por la Educación que, en estrecha colaboración con aliados como Banesco, la Fundación Sus Buenos Vecinos, FUDESPA y COSPAE, hicieron posible que hubiera un exitoso laboratorio con proyectos ejecutados en campo, en un contexto de distanciamiento social que demuestra el compromiso social de los participantes en el laboratorio.
En la sesión participaron el ministro para Asuntos del Canal de Panamá, Aristides Royo; las ministras de Educación, Maruja Gorday de Villalobos; y de Desarrollo Social, María Inés Castillo; el administrador del Canal, Ricaurte Vásquez; el director del Instituto para la Formación y Aprovechamiento de Recursos Humanos (IFARHU), Bernardo Meneses; y Nivia Rossana Castrellón, mentora de Jóvenes Unidos por la Educación.
“Es mucho lo que este país le debe a la juventud, y concretamente el Canal de Panamá le debe mucho”, expresó el ministro Royo, al recordar los movimientos liderados por jóvenes en 1947 en rechazo al Convenio Filós-Hines, así como la gesta patriótica del 9 de enero de 1964, ambos eventos claves en la historia del país y el Canal.
Durante el encuentro virtual, los jóvenes entregaron un reconocimiento al administrador Vásquez, como aliado de la juventud y de la ciudadanía proactiva.
Por dos décadas, el Canal de Panamá lleva adelante programas enfocados en la educación y capacitación, tanto a lo interno como a nivel nacional; con el apoyo y participación de instituciones del gobierno, del sector privado y de la sociedad civil organizada.
“Es un compromiso institucional del Canal de Panamá, no solo en cumplir lo que el mandato constitucional le imprime, sino ser un agente de cambio, como lo ha sido durante los 21 años de administración panameña”, manifestó el administrador de la vía interoceánica.
Destacó que iniciativas como el LLAC confirman que hay jóvenes “comprometidos con un Panamá que sea mejor, más justo y equitativo”, siendo agentes de cambio, como lo fueron generaciones anteriores.
Durante el acto de graduación, los jóvenes y las autoridades motivaron a los egresados del programa a seguir debatiendo e incidiendo en la construcción de soluciones sobre temas importantes del país. Celebraron la ejecución de este tipo de iniciativas que apuestan por la educación integral como un factor de movilidad social ascendente que rompe con el círculo de la pobreza mental y material.