El cierre de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), después de más de 400 días de un intenso proceso de modernización, fue uno de los eventoseconómicos que marcaron la agenda de 2018. El 16 de agosto de 2017 iniciaron las negociaciones entre los gobiernos de los socios comerciales.
Después de siete rondas de discusión y diversos encuentros bilaterales y trilaterales, los tres países llegaron a un acuerdo el 30 de septiembre de este año, el cual lleva por nombre Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) o USMCA, por sus siglas en inglés.
De acuerdo con las autoridades de la pasada y actual administración, este acuerdo comercial fortalece la competitividad de la economía mexicana y deja abierta la puerta para el comercio trilateral, el cual factura dos mil millones de dólares diarios, en promedio.
Sin embargo, diversos especialistas advierten que no todo fue miel sobre hojuelas, pues en sectores como el automotriz, México cedió con el endurecimiento de las reglas de origen de 62.5 a 75 por ciento, y la creación de una zona de altos salarios de al menos 16 dólares por hora.
“HR Ratings considera que estas condiciones tendrán un impacto negativo en las exportaciones manufactureras, ya que se estima que del total de las exportaciones automotrices que se dirigen a Estados Unidos, aproximadamente 32 por ciento no podrá cumplir con las reglas de origen, por lo cual tendrían que pagar un arancel de 2.5 por ciento de NMF”, señaló.
El 30 de noviembre, en el marco de la reunión del G20, los presidentes y ministros de los tres países firmaron el T-MEC, el cual requiere ser ratificado por los Congresos de cada país.
Se espera que en la primera mitad de 2019 los legisladores de México y Canadá avalen, sin algún problema, el acuerdo comercial, sin embargo existe cierto temor de que en la Unión Americana se presenten trabas en el Congreso para la aprobación.
Según la última minuta del Banco de México, la mayoría de los integrantes de la Junta de Gobierno advirtió de posibles obstáculos para la ratificación del T-MEC, principalmente ante los recientes cambios en la composición del Congreso estadounidense.
Uno de los miembros de Banxico comentó que diversos líderes demócratas han venido declarando su intención de modificar dicho acuerdo comercial.
De ser palomeado, se espera que el T-MEC entre en vigor en la segunda mitad de 2019 o, por mucho, en las primeras semanas de 2020.
Sin embargo, hay un tema que sigue pendiente en todo este proceso: la eliminación de los aranceles al acero y aluminio que impuso Estados Unidos a Canadá y México en junio.
Las negociaciones para poner fin a este asunto continúan, pero todavía no hay nada claro sobre el tema.
Donald Trump, presidente de EU, impuso impuestos al acero y aluminio de 25 y 10 por ciento a sus socios comerciales el 1 de junio, con la promesa de quitarlos una vez cerrado el tratado.
Durante la renegociación del tratado comercial, hubo cuatro capítulos donde las diferencias fueron profundas, al grado de impedir acuerdos generalizados.
Se trató de las reglas de origen del sector automotriz, la cláusula sunset o de caducidad, el tema de resolución de controversias y el de temporalidad agrícola. Estos imprevistos impidieron que en mayo se llegará a un acuerdo, fecha en la cual las expectativas sobre un eventual cierre en el proceso de modernización aumentaron de forma importante.
No obstante, las diferencias pudieron más que las coincidencias.
Llegó junio y, con él, un nuevo problema por resolver: la imposición de aranceles al acero y aluminio de México y Canadá por parte de Estados Unidos.
La medida generó molestia en ambos países, quienes se quejaron ante la Organización Mundial de Comercio por esta práctica e impusieron medidas espejo de la misma magnitud a diversos productos estadounidenses.
México, por ejemplo, aplicó aranceles de 5 a 25 por ciento a 71 productos de Estados Unidos por tres mil millones de dólares, entre ellos papa, manzana, uva, whisky y arándano.
Por su parte, Jesús Seade se sumó como representante del equipo de Andrés Manuel López Obrador, ahora Presidente de México, a la renegociación del acuerdo comercial.