Tarifas del autotransporte, ‘castigadas’ en un entorno de crisis

Tarifas del autotransporte, 'castigadas' en un entorno de crisis

En la ‘nueva normalidad’ el autotransporte opera por debajo de su capacidad, con bajos márgenes de ganancia y mayores costos, en un mercado regido por la oferta y la demanda, al igual que por la capacidad de negociación
de las empresas con sus clientes.

Lo anterior, como resultado de los efectos de la prolongada pandemia, que suma más de ocho meses en el país con restricciones a la movilidad y a la actividad económica, mientras se viva ya una segunda ola de contagios en Estados Unidos y en países europeos.

En marzo, cuando el mercado interno experimentó compras de pánico por parte de la población ante el inicio del confinamiento y las restricciones a la movilidad, los precios del servicio de autotransporte de carga general se elevaron 6.05% a tasa anual, para después tocar un pico de 6.54% en abril, máximos no vistos desde junio de 2018, cuando la inflación en el sector se ubicó en 7.36% anual.

Los datos del Índice Nacional de Precios Productor (INPP), registrados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), señalan que la pandemia llegó para presionar al alza las tarifas del servicio a un ritmo mayor que el del transporte ferroviario, pero por debajo del incremento de hasta 20.17% observado en mayo en el transporte aéreo.

La reactivación paulatina de la economía a partir de la segunda mitad de mayo, aceleró la actividad de empresas transportistas, especialmente de las que brindan servicios a las industrias: automotriz, construcción y minería. Otras flotas, en particular las de micro y pequeños empresarios laboran, incluso, a la mitad de su capacidad, afectadas por la baja en el consumo y las limitantes en la actividad comercial, los servicios y turismo del país.

En este contexto de reapertura de las industrias, los costos en el autotransporte crecieron —a partir del quinto mes del año— a menor velocidad, con un repunte marginal en junio.

El último dato disponible a septiembre, refleja un crecimiento de 3.83% respecto a igual mes de 2019, ritmo observado antes de la llegada del SARS-CoV-2 a México.

La pregunta es, ¿los costos del sector mantendrán su tendencia? Es difícil saberlo en un escenario de incertidumbre, asociado al surgimiento de nuevos casos de COVID-19 en México, lo cual impacta en la demanda de los servicios logísticos, así como en los precios de los insumos utilizados por los transportistas, tanto a la baja —el caso del diesel— como al alza, con los asociados al dólar.

Precio del diesel: estabilidad quebrantable

El virus del SARS-CoV-2 llegó para provocar el desplome de los precios de los energéticos a nivel global, debido a la reducción en la demanda de combustibles en el mundo y a la incertidumbre sobre el futuro de la economía global, obligada a parar con la finalidad de contener la pandemia.

Durante mayo, el litro de diesel en México cayó a un promedio nacional de 18.57 pesos, una disminución de 12.45% o 2.64 centavos respecto al registrado al cierre de 2019, de acuerdo con datos de la Comisión Reguladora de Energía (CRE). Este comportamiento del mercado da un respiro a los transportistas, en un contexto de extremos cuidados a la salud de los operadores a través del uso de caretas, gel antibacterial e incluso guantes, así como sanitización de las cajas y cabinas.

Al 25 de octubre, el precio promedio del diesel a nivel nacional era de 19.08 pesos, es decir, 10% inferior al reportado en diciembre de 2019. Se espera que este importante insumo se mantenga estable para el cierre de este año.

“Actualmente, el precio del diesel es más bajo que en enero, cuando aún no llegaba la pandemia a México, y se espera que haya cierta estabilidad en el registrado al cierre del año, porque la demanda a nivel internacional no se ha recuperado”. Alejandro Montufar, CEO de PETROIntelligence.

El especialista subrayó que México y el mundo viven momentos de incertidumbre, en donde la noticia del hallazgo de la vacuna contra el virus, y su posterior distribución en el mundo, causaría optimismo entre los inversionistas y llevaría a los mercados de commodities a repuntar con fuerza. A este factor también se suman las decisiones que pudiera tomar la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados para equilibrar la oferta y demanda de crudo y sus derivados en el mundo.

Mientras que en el otro extremo, el de mayores caídas en los precios del diesel, los riesgos están representados por nuevos cierres de actividades económicas y el encierro de la población causados por el resurgimiento de contagios en países asiáticos y europeos. Asimismo, por los socios comerciales de América del Norte, así como por disputas entre los gigantes petroleros en el mundo.

En este contexto, Alejandro Montufar añadió que es imposible cuantificar con exactitud una previsión de los precios internacionales de los energéticos más allá de un mes. Sin embargo, indicó que las expectativas de la industria consisten en que el valor del barril de petróleo no llegue a 50 dólares durante este año y el próximo.

El diesel es utilizado en 95.1% de las flotas y, junto con el consumo de lubricantes, representa el 44.3% del gasto dentro de la estructura de costos de las empresas transportistas, de acuerdo con el Inegi y la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar).

Un tipo de cambio que no volverá

En contra de los transportistas que prestan sus servicios en México y ganan en moneda nacional, está la fuerte apreciación del dólar frente al peso. Entre abril y mayo, el billete verde alcanzó un nivel histórico de 25.1350 pesos a la venta al mayoreo o una apreciación de 33% respecto al cierre de 2019.

El pasado 19 de octubre, el tipo de cambio cotizaba en 21.1910 pesos en operaciones al mayoreo, nivel que marca una pérdida de 12.2% o 2.3 centavos para la moneda mexicana en los primeros 10 meses del año, de acuerdo con datos del Banco de México (Banxico).

Las expectativas para el peso-dólar apuntan a un cierre en 22.14 unidades, nivel similar al de la primera quincena de octubre; mientras que para diciembre de 2021 se visualiza una mayor fortaleza del dólar, en 22.33 pesos,
de acuerdo con la Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado, realizada en septiembre por Banxico.

Al respecto, César Salazar López, miembro del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, refiere que se puede pensar en una recuperación paulatina y lenta de la moneda mexicana, pero si hay nuevos brotes de SARSCoV-2, nuevos confinamientos y parálisis, si hay buques petroleros que no puedan entregar sus productos porque ya no tienen dónde almacenarlos, advierte que: “En ese momento nos va a ir mal, al mundo y a México”.
El economista comenta que el panorama indica que la paridad peso-dólar tendrá, en adelante, un piso importante en las 20.50 unidades. Esto quiere decir que probablemente no volvamos a ver un peso por debajo de ese nivel, y entonces, las empresas ajustarán sus precios.

“Las expectativas y tendencia del tipo de cambio a largo plazo, finalmente impactan en los precios, de una forma u otra. Claro que no es el mismo efecto el que se ve sobre los precios finales; lo que se ha visto en las últimas dos o tres décadas es la contracción de los salarios”. César Salazar López, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM

De hecho, manifestó que la cotización del dólar por arriba de los 18.80 pesos observada al cierre de año, ya tuvo sus efectos en los precios de los vehículos: “Prácticamente todos los autos y todas las mercancías asociadas al comercio exterior subieron de precio, porque ya se pensó que ésa era la nueva normalidad del tipo de cambio”, añadió.

La realidad, hoy, es que 41.3% de los insumos utilizados por las empresas de autotransporte son importados, es decir, dependen del precio del dólar, divisa que se verá aún más fortalecida si hay un rebrote del virus más generalizado en Europa, si vuelve el confinamiento y la parálisis de mercancías. Además, están en juego las elecciones en Estados Unidos. Todos estos factores convierten al dólar en un refugio seguro

Factores internos, en la indefinición en la ruta del autotransporte

Ante la volatilidad vivida en el exterior, es complejo saber cuál será la evolución de las tarifas del autotransporte de carga general; sin embargo, los datos apuntan a que no habrá reducciones, al menos no significativas. El principal motor que mueve los costos de este servicio es la oferta y demanda en el mercado, así como la capacidad de negociación de los transportistas con sus clientes.

La sobreoferta es otro reto que enfrenta el autotransporte en el país, pues la presencia de varios competidores impide que las empresas estén en posición de incrementar las tarifas en similar proporción en que suben sus costos, aspecto que reduce su rentabilidad, en especial en una “nueva normalidad”.

En la tercera semana de octubre, México sumó 854,000 casos de COVID-19 y 86,000 muertes por esa enfermedad; mientras que ocho entidades reportaban un incremento en el número de contagios. Ante este panorama, la
recuperación de la actividad económica del país, en especial de los sectores comercio, servicios y turismo se visualiza más prolongada, y ello repercute en la demanda de movimiento de mercancías.

A las condiciones del mercado del autotransporte se suman las decisiones del Gobierno federal en materia fiscal, los ajustes en el cobro de peaje en vías federales que pueda anunciar en los próximos días, así como el incremento al salario mínimo, el cual ha tenido importantes alzas en los últimos dos años.

En la desafiante realidad para los transportistas también está la inseguridad carretera, el principal problema que los aqueja, al igual que las restricciones o cobro de cuotas que definan los estados y municipios, esto mientras no exista una Ley General de Transporte.

La economía del país caerá 9% este 2020, en un escenario mejorado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que significa que el Producto Interno Bruto (PIB) concluirá el año con un retroceso de 15.3 por ciento. En un entorno donde los números muestran que la crisis dejará más perdedores que ganadores.

Refugio Muñoz López, vicepresidente Ejecutivo de la Canacar, expuso que las empresas que agrupa la Cámara comenzaron a tener una recuperación a partir de junio, en especial las que atienden a la industria; mientras que las enfocadas en el comercio y turismo mostraban mayor movimiento en octubre. Sin embargo, el riesgo latente de nuevos contagios pone en peligro ese avance en el autotransporte de carga.

“En nuestro sector, nos autodefinimos como el termómetro de la economía, nos movemos en función de cómo se mueve ésta; y la relación de movimiento, de crecimiento de nuestro sector en relación con la economía es de 1 a 1.7 por ciento”. Refugio Muñoz López, vicepresidente Ejecutivo de la Canacar.

Muñoz López expuso que, en un escenario optimista, de una contracción del PIB de 8% en 2020 y un rebote de 3.5% para 2021, el autotransporte de carga podría alcanzar a finales de 2022 los niveles de ingresos reportados en 2019, cuando el país ya estaba en recesión.

Fuente:

Nancy Balderas Serrato-https://www.tyt.com.mx/nota/tarifas-del-autotransporte-castigadas-en-un-entorno-de-crisis