CIUDAD DE MÉXICO (Sputnik) — El gobierno de México invertirá 400 millones de dólares en 2019 para un corredor ferroviario y carretero en el Istmo de Tehuantepec, al que el presidente Andrés Manuel López Obrador llamó ‘Mini Canal de Panamá’, y del que se espera que sea un eje de desarrollo entre el Golfo de México y el océano Pacífico.
El istmo, de solo 200 km de longitud, ya cuenta con el parque eólico más grande del país, donde el presidente impulsará el Plan de Desarrollo del Istmo de Tehuantepec para sacar de la pobreza al corazón de las antiguas comunidades indígenas zapotecas de Oaxaca.
El proyecto comienza en el puerto de Salina Cruz, Oaxaca, en las costas del Pacífico, donde ya existe una refinería de petróleo, con fondos aprobados por el Congreso la madrugada del lunes 24.
“Están considerados más de 8.000 millones de pesos (400 millones de dólares) en el año 2019 para este proyecto de desarrollo del Istmo de Tehuantepec, que va a significar empleos y bienestar para la gente”, dijo el mandatario al anunciar el proyecto durante una gira por Oaxaca el fin de semana pasado.
La inversión incluye unos 50 millones de dólares para rehabilitar la vía del llamado “Tren Transístmico” para pasajeros y carga, y poco más de 12,5 millones de dólares para la ampliación de la carretera desde ese puerto hasta la terminal marítima de Coatzacoalcos, en el Golfo de México, que se abre a las aguas del Atlántico norte.
Para la modernización de los puertos y la rehabilitación de dos refinerías en ambas costas, en Salina Cruz y Minatitlán, Veracruz, fue creado un fideicomiso con unos 150 millones de dólares.
Por razones de “soberanía”, en este proyecto no habrá participación de otros países, sino solo empresarios mexicanos, quienes recibirán “apoyos fiscales” del “Proyecto Transístmico y Zona Económica Especial”
Un objetivo central es beneficiar a los más pobres del país “con respeto al ambiente”, mediante un plan integral que “representa una cortina” para que los mexicanos “trabajen donde nacieron”, y reducir así el fenómeno migratorio.
Al modernizar puertos, construir carreteras, ferrocarriles, gasoductos y refinerías, a partir de 2020 el corredor podrá competir en costos y tiempos frente a otras opciones de transporte interoceánico.
El comercio potencial es de “azúcar a EEUU y la Unión Europea; polietileno para exportación y cabotaje; minerales para cementeras del Istmo; sal de Chile, trigo del Canadá, mármol mexicano a Sudamérica; maíz de Sinaloa y Sonora, y suministros para cabotaje”, anunció el Gobierno mexicano.
También desarrollará “turismo náutico en las lagunas de Oaxaca”, e implementará “programas de acuacultura en las lagunas superior e inferior” de ese territorio, así como una red de fibra óptica que permitirá la conectividad de comunicaciones de última generación, con unos 350 millones de dólares invertidos con el principio de “cero corrupción y cero impunidad”.
Finalmente, el Gobierno declarará una “Zona Libre del Istmo”, con reducción de impuestos al valor agregado y sobre la renta.
El viejo sueño comenzó con el primer proyecto de 1786 del primer canal interoceánico del istmo, bautizado el “centro entre dos océanos”, y después de aquel plan colonial, durante la Independencia también se trató de conectar al Atlántico con el Pacífico.
López Obrador comenta que con la creación del Canal de Panamá, en 1914, el proyecto del canal interoceánico del istmo, “se quedó en el abandono”.
Mientras que el norte del país se conectó con Norteamérica gracias al tratado de libre comercio, y la zona central conocida como El Bajío ha tenido un desarrollo industrial y automotriz, el sureste, poblado en su mayoría por comunidades indígenas, todavía espera su hora del desarrollo.
Un vídeo del proyecto señala que la posición geográfica es inigualable, al permitir “acceso estratégico a muchas de las rutas comerciales y de los mercados más importantes de la economía global”.
A comienzos del siglo XX se construyó el Ferrocarril del Istmo, ruta de gran éxito económico, que fue cortado de tajo por el canal panameño recién ampliado.
Una insuficiente inversión pública y privada por décadas, convirtió al Istmo en “una de las regiones de mayor atraso económico y marginación social de nuestro país”, dice la presentación audiovisual del proyecto.
El programa también llamado Corredor Multimodal Interoceánico, aumentará la velocidad y desplazamiento de mercancías.
Las terminales portuarias ofrecerán “servicios eficientes de carga, transporte, almacenaje, embalaje y servicios logísticos diversos; modernización y complementación de la red de carreteras primarias y secundarias”, indica la presentación.
El desarrollo económico de la región hará también necesaria “una red aeroportuaria eficaz”.
La construcción de un gasoducto permitirá abastecer a la industria regional “haciéndola competitiva para comercios e industrias”.
El programa busca posicionar a México como parte la “red de sistemas mundiales” para movilización, almacenamiento y distribución de mercancías a escala transcontinental.